Primera ACME siempre está con sus amigos.
Con idea de alentar la recuperación de uno de mis grandes " Fans" y colaboradores en la restauración del viejo FA/U 101 ,el joven Ratón de Hangar don Hugo Lores, quien un par de semanas atrás sufrió ciertas lesiones a consecuencia de un accidente aéreo, por suerte de índole menor, abordo del mencionado T -11, hoy me congratulo en presentar el resultado de los trabajos de rescate de algunas de las piezas que se han ido retirando de dicho aeroplano durante recientes jornadas de trabajo , en el previo proceso de " Despiojación " en cual que estamos involucrados actualmente
Se trata del tablero de comandos del sistema eléctrico con sus ductos de cableado, un conducto hidráulico y la placa que funciona como apoya-pies bajo los paloniers del puesto del copiloto.
Segunda Una anécdota de vuelo.
Algunos comentarios malintencionados de cierto amigo letrado, muy pícaro , trajeron a colación en este post un tema ajeno al mismo que a su vez provocó el interés de algunos allegados, afectos al relato de anécdotas de vuelo.
Se escribió acerca de una particular maniobra de vuelo. La técnica de deslizamiento que suele utilizarse cuando existe la necesidad de reducir altitud rápidamente ( En el aterrizaje , por ejemplo. )
- En tiempos en que se vivían las últimas semanas de operatividad de los B- 25 de la FA(U, en cierta oportunidad fuí designado para acompañar como copiloto de uno de aquellos aviones, a un Alférez recién asignado al Grupo, quien ese día iba a cumplir uno de sus primeros vuelos como piloto de B 25. Yo no estaba calificado como instructor ...pero a esa altura ya tenía unos cientos de horas de B 25 y bastante experiencia como piloto.
El Alférez era un joven un par de años mayor que yo, habiendo ingresado a la EMA con mas edad. Teóricamente era mi subalterno, pues yo era Tte 2º con más de un año en el Grado... No obstante, aquella diferencia de antigüedad entre nosotros carecía por completo de importancia. Miguel Angel y yo eramos amigos desde los tiempos de cadetes.
Miguel era un buen piloto... de monomotores livianos. Estaba haciendo sus primeras experiencias con un avión bimotor de 10.000 kilos de peso y 3.400 HP de potencia, que aterrizaba normalmente a unas 100 MPH.
Aquel día no tuvo ningún problema hasta que llegó el momento de hacer el primer aterrizaje. La pista en uso era la 27. la más corta de Carrasco .. para el B 25 eso no era problema. Bien configurado y con viento de frente el " morcillón " aterrizaba perfectamente en la primera mitad de la 27 ( o de la 0 9 )
Pero aquel día mi amigo el Alferez viró a la recta básica un poco antes de tiempo y cuando enfrentó la recta final en dirección a la 27, el avión estaba un poco demasiado alto.
¿ Que era lo conveniente de hacer para no verse obligado a arremeter y hacer notar desde tierra el error cometido ? Miguel Angel lo sabía.
Eso mismo, comandos cruzados y deslizar el avión con todo flap hacia la cabecera 27, procurando descender más rápido que lo normal.
Yo era copiloto. No instructor. Miguel Angel era mi amigo, no subalterno... ni piloto novato. Mi experiencia me indicaba que estábamos muy alto y que la acción del piloto era correcta...aunque un poco complicada con un avión pesado, no muy " planeador". Agil de maniobras pero que no estaba hecho para las acrobacias.
La maniobra se hizo perfectamente. Perdimos altura como era lo esperado. Miguel Angel mantuvo la nariz bien abajo ...como era lo aconsejable para evitar una indeseable pérdida de sustentación . Era un buen piloto, solo le faltaba experiencia con ese tipo de avión.
Todo bien ...hasta que llegó el momento de quebrar el planeo a baja altura sobre el...hormigón .!! En ese momento ,yo que no era muy valiente ( ! Sigo sin serlo! ) no pude evitar " manotearle " el comando a mi amigo y levantar bruscamente la nariz del avión justo a tiempo para evitar que el B 25 impactara en la pista con la rueda de nariz , que no estaba hecha para soportar el porrazo que hubiéramos dado de no mediar mi intervención tan poco respetuosa para con otro piloto.
Miguel Angel se enojó mucho conmigo. Pasaron meses y años para que me perdonara. No me hablaba .Siempre estuvo convencido de que su aterrizaje hubiera sido tan correcto como debía serlo.
Hasta hoy sigo creyendo que si yo no hubiera actuado sin dudarlo, por lo menos hubiéramos " perjudicado "
al pobre morcillon.
No había tiempo para cortesías ni consultas.
Humberto