RATONES DE HANGAR

Para la Discusión, Divulgación y Conservación del Patrimonio Histórico Aeronáutico Uruguayo e Internacional en Poder de Nuestro País
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MensajePublicado: 18 Abr 2010 17:12 
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A 100 años del vuelo del “Pampero”.

INTRODUCCIÓN

Con sumo agrado me dirijo hoy a ustedes para hablar de los albores del vuelo.
Como ustedes recordaran el 14 de marzo pasado fecha de nuestra primera reunión mensual para este 2007, nuestro señor Presidente aludió a las efemérides para este año, es así que en la navidad que viene se celebran los 100 años del primer acontecimiento aeronáutico que unió a ambas márgenes del Plata, estoy hablando del hecho que dio nacimiento al Aeroclub Argentino; el cruce del Río de la Plata por el aire en el globo de gas de alumbrado “Pampero”, propiedad de Aarón Félix de Anchorena, tripulado por éste y Jorge Alejandro Newbery, uniendo el Stadium de la Sociedad Sportiva Argentina en Palermo con la localidad de Conchillas en el departamento de Colonia.

En breve exposición conoceremos la vida y obra de Jorge Newbery y Aarón de Anchorena , beméritos de la Aeronáutica argentina y las particularidades del vuelo que ambos realizaron hace ya un siglo.

ANCHORENA

De efímera pero fundamental vida aeronáutica caracterizó a Aarón Félix de Anchorena, nacido en la cuna de la alta sociedad argentina el 5 de noviembre de 1877.
Su padre Nicolás Anchorena falleció cuando el precursor contaba con 7 años de edad, dejándole como herencia veinte establecimientos ganaderos en una extensión de casi 300000 hectáreas.
No sólo fue conocido por su familia de renombre y acaudalada riqueza. Al igual que Newbery su vida se marcó por el amor a la aventura. En 1902 recorrió la Patagonia a caballo, se encontró con el perito Francisco Pascasio Moreno y llegó hasta el lago Nahuel Huapi e isla Victoria. En Formosa entabló relaciones con los indios Pilagás. Muchos aún no conciben como Anchorena no fue muerto por esos violentos aborígenes del norte argentino.
En 1902 su madre, doña María Mercedes Castellanos de la Iglesia lo envío a estudiar a Francia. En 1905, ejerciendo un cargo diplomático en París acompaña a Santos Dumont en una de sus tantas ascensiones, descubriendo la pasión por la aeroestación. También en París y en ese año, Newbery, realizando estudios de laboratorio de la lámpara eléctrica conoce al precursor brasileño, pero sin experimentar la magia de surcar los aires. Anchorena se inscribe en el Aero Club de Francia y recibe instrucción de manos de Paul Tissandier en Saint Cloud. En poco más de un año logra realizar en la ciudad luz once ascensiones. Con todo este bagaje adquiere un globo de 1200 metros cúbicos de hidrógeno y gas de alumbrado, apodándolo “Pampero”. Antes de ser embarcado para Argentina fue probado en vuelo en París por quien despertó en Anchorena la pasión por el vuelo, nada más y nada menos que Alberto Santos Dumont . El precursor, ya en suelo oriental en aquella Navidad de 1907 quedó encantado con la zona. La desembocadura del arroyo San Juan en el río y los montes indígenas conquistaron al mimado rico.
Doña María no muy contenta con las actividades aéreas de su hijo le convence para que adquiera allí un campo, situado en la Barra de San Juan, con la condición de que dejara de volar. De esta manera Anchorena compra a la River Plate Company unas 11000 hectáreas. Encantado con la travesía de Sebastiano Caboto y haciendo caso a los rumores de que este navegante veneciano había levantado allí el primer poblado del Río de la Plata construyó un mirador conmemorativo en su memoria. Este hábil navegante siendo niño acompañó a su Padre en una expedición confinada a descubrir el pasaje a Asia por el norte, a lo que ellos llamaban el pasaje Catay, Ofir o Tarsis que a la postre resultó en el descubrimiento de América del Norte, por parte de los ingleses.
Volviendo a nuestras costas la Historia dijo otra cosa; Caboto, al servicio de la Corona española, una vez internado en el Río Uruguay llegó a la boca de un afluente al cual llamó San Salvador. Allí, en 1527 estableció un fortín para resguardarse de los indígenas, al cual llamó con el mismo nombre del río; ubicado en el departamento de Soriano.
En 1917, haciendo caso a las súplicas de su señora madre encontramos a un Anchorena alejado de la actividad de vuelo. En 1919 participó en la creación de la compañía aérea River Plate Aviation Company bajo la dirección Técnica de Kingsley. Al año siguiente intervino en la fusión de la Compañía Franco Argentina de Transportes Aéreos, constituida con carácter experimental con aviones cedidos por la Misión Militar Francesa, con la River Plate ya mencionada, iniciando sus servicios el 12 de enero de 1920 desde la Base de El Palomar.
Anchorena fallece en su estancia de la “Barra de San Juan” el 24 de febrero de 1965.

NEWBERY

El Padre de la aeronáutica argentina, Jorge Alejandro Newbery Malagarie nació en la capital porteña el 29 de mayo de 1875, siendo el segundo vástago de don Ralph Newbery y Dolores Malagarie y el primer varón de una prole de doce hijos.
En 1882, contando con tan sólo siete años de edad viaja a Nueva York acompañado de un amigo de su padre para visitar a sus abuelos paternos.
En 1890 su Padre decide enviarlo a la Universidad de Cornell. En 1895 regresa a su patria con un título de Ingeniero Electricista. La Compañía Luz y Tracción del Río de la Plata le ofrece la Jefatura de su empresa.
En 1897 ingresa al Cuerpo de Ingenieros Electricistas de la Marina, prestando servicios en el Crucero “Buenos Aires”. Curiosamente enseña a nadar a los cadetes de la Escuela Naval.
En 1900 se le ofrece el cargo de Director General de Alumbrado de la Municipalidad de la capital, convirtiéndose hasta su muerte en un funcionario público eficiente y esforzado.
La faceta docente del precursor comienza en 1904 cuando se le asigna la cátedra de electrotécnica en la Escuela Industrial de la Nación.
El 24 de noviembre de 1908 contrae matrimonio con Sarah Escalante, vínculo matrimonial que duró poco tiempo debido al reproche de su señora esposa por su constante actividad aeronáutica, mal vista también por su señora madre.

Veamos ahora la faceta deportiva de Newbery. Nuestro personaje al que hoy evocamos tuvo un perfil aventurero que le permitió destacarse no sólo en el campo aeronáutico sino también deportivo. Jorge Newbery fue ejemplo de muchas cosas.
La influencia de su Padre fue determinante. Mister Ralph Newbery nació en Nueva York el 12 de febrero de 1848. En 1871 y con un título de odontólogo bajo su brazo se embarca hacia el sur, estableciéndose en Buenos Aires. Allí conoce a Dolores Malagarie. Contraen matrimonio el 26 de julio de 1873.
Su padre nunca se resignó con inclinarse sobre las bocas abiertas de sus pacientes. La potencialidad minera de la Patagonía lo cautivó. La fiebre del oro motivó sus viajes al sur argentino. Ese espíritu aventurero que Jorge heredó de su padre le causó la muerte a este último el 21 de abril de 1904 en una expedición a Tierra del Fuego. Mister Ralph trasmitió a su hijo el sentido del peligro en pro de la aventura humana.
En Estados Unidos aprendió boxeo bajo las reglas del Marqués de Queens-berry. A su regreso a la Argentina enseña esta nueva modalidad, desconocida por los porteños que se regían por la modalidad francesa savate que permitía el uso de puntapiés. Varias veces selectos deportistas de esta rama viajan a Colonia para practicar ese deporte ya que en Buenos Aires estaba prohibido.
Jorge es zurdo. En todo los deportes que toma participación es líder y vencedor, como se puede comprobar en competiciones de remo, natación, zambullida, automovilismo, carreras pedestres, esgrima y boxeo ya mencionado.
Todo ésta posta deportiva pasa a su hermano menor Eduardo, desaparecido en una incursión aerostática como más adelante se verá.

Contando 32 años de edad Jorge descubre la aeroestación.
Que mejor que ahora dar un vistazo de las primeras ascensiones realizadas con anterioridad a 1907 en el otro lado del Plata.
El primer antecedente data del 26 de mayo de 1809, cuando se exhibío en la Plaza de la Victoria un “glove” aerostático. Espectáculos similares tuvieron lugar en los años 1824, 1838, 1840, 1857 y 1861, no valiendo la pena extenderse más en estos acontecimientos, pero si dejar en claro que eran esféricos de aire caliente no tripulados, alimentados con combustibles alternativos de origen animal.
En 1856 aparece el primer globo tripulado, alimentado con gas de alumbrado, traído por un francés de apellido Lartet. Para 1868 otro galo de nombre Casimiro Baraille arriba a Buenos Aires y exhibe su aparato; “Le Zephir”, con apenas 250 metros cúbicos de capacidad, perdiéndose el aparato en una de sus incursiones en el río. Para remplazarlo fabricó otro esférico, más grande, al cual bautizó “Estrella del Sud”, descendiendo globo y piloto en el río en dos ocasiones pero logrando su recuperación para visitar Montevideo en agosto de aquel año de 1868.
El Río de la Plata le jugaría otra mala pasada a Baraille a su regreso a Buenos Aires. El 23 de mayo de 1869 tripulando el globo “América”, construido en Brasil, enviste en aguas del estuario la chimenea del vapor “Cavour”, causando una explosión que termino con la vida de dos personas.
Esta desamistad con el río termina el 25 de agosto de 1873, cuando aquí en Montevideo desaparece el globo “Paz” y su malogrado tripulante.
A mediados de los años setenta el mexicano Cevallos recorrió gran parte del territorio argentino haciendo demostraciones en un esférico que contaba con un trapecio.
Para 1884 llega el tiempo del “Cid Campeador” y su tripulante español Esteban Martínez Díaz, quien luego haría demostraciones en nuestro país.
El capitán español Manuel Sanz arriba a la Argentina en 1887 junto con su globo “albatros”, a lo largo de 2 años visita numerosas localidades argentinas, usando también otro globo llamado “cautivo”.
Continuando y acercándonos en el tiempo al siglo XX tenemos para el año 1891 la llegada del francés Amédée Mayer empleando su esférico “Patria” y por último la llegada del noruego Francisco Cetti en 1898.
No podemos pasar por alto al matrimonio José Silimbani y Antonieta Cimolini, operando el esférico “El Invencible de Forli”. Todo terminó en tragedia cuando el 13 de marzo de 1904 Antonieta muere ahogada en el río.
Hasta aquí ascensiones de carácter circenses, demostrativas o de simple espectáculo popular.
Newbery y Anchorena apostaron al uso deportivo, científico y por que no militar del globo.
Ahora la fecha es 25 de diciembre de 1907. El lugar: estadio de la Sociedad Sportiva de Palermo. El aparato: globo de seda barnizada con barquilla de mimbre con un vientre de 1200 metros cúbicos de volumen alimentado con hidrógeno y gas de alumbrado.
Newbery es invitado por Anchorena para el acontecimiento. Este último, dueño del aerostato al cual llamó “Pampero” había conseguido el campo mediante tratativas con el Barón Antonio de Marchi, mientras que Newbery solucionó el problema de la provisión del gas, mediante una extensión provisoria de Belgrano(donde se encontraba la Compañía de gas del Río de la Plata) a Palermo.
A las diez de la mañana del día 24 de diciembre, bajo la supervisión técnica de Louis Fabieres, francés contratado en París por Anchorena, comienza el inflado, el cual se extiende por espacio de ocho horas, llegando a cubrirse algo más de la mitad de su capacidad, insuficiente para emprender el vuelo. La aventura se posterga por un día.
A las 9:30 del día 25 comienza el inflado de los 600 metros cúbicos que faltan. El flujo del gas comienza a ser mayor. En la barquilla van dos salvavidas del yate “Pampa” de Anchorena, ancla de tierra y ancla marina, regulador de altura, statoscope(especie de variometro), reloj, catalejos, máquina fotográfica y lo indispensable: 220 kilos de arena fina distribuidos en 6 sacos.
Los soldados del Regimiento Primero de Caballería que puso a disposición el Ministro de Guerra rodean el globo y retiran los saquetes de arena a medida que aumenta su volumen. Con el vientre del “Pampero” casi al completo Anchorena y Newbery suben a la barquilla. Son las once de la mañana de aquella navidad de 1907.
Al grito de “larguen” liberan el globo pero este no sube... botan un poco más de arena y el “Pampero” poco a poco comienza a elevarse con rumbo norte hacia el río. Allá van los intrépidos tripulantes.
No bien están en el aire surgen dos problemas. Newbery desesperado bota lastre para evitar los cables telefónicos y el edifico principal del Hipódromo argentino, mientras que Anchorena trepado sobre el aro, según se puede ver en las tomas fotográficas de la crónica desata la cuerda reguladora del dispositivo para liberar el gas, de permanecer atada el globo corría serios problemas de rajarse cuando se dilatará el fluido.
A los 5 minutos de haber despegado el esférico se pierde de vista. La multitud se retira del Estadio.
Ya sobre el estuario, a una velocidad de 28 kilómetros horarios y con 700 metros marcados en el regulador de altura alcanzan el Banco Santa Ana, situado en el medio del río. A los pocos minutos las nubes cubren el sol provocando un descenso marcado hasta casi el nivel de las aguas. A 10 metros de altura sobre el espejo del río fue necesario arrojar mucho lastre, quedando un remanente de sólo 10 kilos de arena. Por suerte para la expedición las nubes se abren y el globo trepa a 3100 metros. Con un viento fuerte del este consiguen rumbo norte. Un viento huracanado de 100 km/h los lleva a la costa uruguaya sobre Colonia de Santa Rosa. Recorren 52 kilómetros en 35 minutos. Ya sobre Uruguay descienden a escasos 100 metros de altura. Anchorena se deshace de todo peso. Las tomas fotográficas que habían conseguido se pierden en el vacío. A escasos 50 metros Newbery corta la amarra del ancla terrestre. Sus 40 kilos de peso hace que el aparato poco a poco descienda. El “Pampero” se eleva 50 metros y arrastra el ancla unos 300 metros hasta que Jorge tira de la cuerda de desgarre, liberando el gas. Son las cinco de la tarde cuando el esférico toca tierra en las cercanías de Conchillas. Ambos habían sentado la piedra fundamental de la Aeronáutica en el Río de la Plata.
Al caer la tarde, pasadas las ocho y cuarto llega un telegrama a la otra orilla: “Bajamos con todo éxito en el Departamento de Colonia a siete leguas de las Costa en la Estancia de Tomas Bell. Saludos. Newbery y Anchorena”.
Este hecho dio lugar a la fundación del Aeroclub Argentino, establecido el 13 de enero de 1908. Anchorena es designado Presidente y Newbery Vice Presidente segundo. Ambos compartirán para bien de la historia los dos primeros brevets de Aeronautas otorgados por la Institución madre en aeronáutica deportiva del Río de la Plata, con la salvedad de que Anchorena ya tenía experiencia en este deporte, el cual practicó en Francia como ya hemos comentado. Su brevet data del mismo día de este acontecimiento que estamos hablando; 25 de diciembre de 1907, mientras que Newbery obtiene su licencia el 7 de Febrero de 1908, también empleando el globo “Pampero”, único esférico del club hasta la llegada del “Huracán” en 1909.
Casualmente, el último brevet de aeronauta que otorgó el Aeroclub Argentino fue para un compatriota. El 19 de setiembre de 1916 a bordo del globo “Teniente Agneta” el Teniente Esteban Cristi obtuvo el brevet Nº35.
El campo de vuelo elegido por esta Institución estaba situado en la quinta “Los Ombúes” en Belgrano. Hasta ese lugar la Compañía de gas del Río de la Plata extendió una boca de suministro.
Anchorena navegó en el “Pampero” en siete oportunidades.
Eduardo Newbery, hermano menor del precursor, es quien más ascensiones registra en el esférico ahora propiedad del Aeroclub, donado por Anchorena a la causa colectiva de formación de nuevos aeronautas.
El 17 de agosto de 1908 el “Pampero” desaparece y con el sus tripulantes; Eduardo Newbery y el Sargento Eduardo Romero. Este hecho no desalienta a Jorge, pero sí causa congoja en los demás asociados.
Por encima de todo lo personal esta lo colectivo, lo Institucional, avocándose el “loco de los globos” a convencer a las autoridades militares de la conveniencia de contar con un parque de esféricos, tal como sucedía en las naciones europeas.
El 27 de diciembre de 1909 este avezado aeronauta a bordo del globo “Huracán” consigue recorrer en 13 horas una distancia de 550 kms. Había despegado a las 17:00 horas de la Usina de Belgrano y luego de atravesar en la madrugada el territorio uruguayo desciende en la ciudad brasileña de Bagé, estableciendo para ambas modalidades(tiempo de vuelo y distancia)el record sudamericano, posicionándose a nivel mundial en cuarto lugar respecto al tiempo de vuelo y sexto en recorrido.
Pero Jorge fue por más. El 8 de enero de 1911 a bordo del globo “Eduardo Newbery” bate el record de distancia en Sudamérica al unir Belgrano con la localidad entrerriana de Macía, luego de recorrer 660 kms., llegando a escalar los 3400 metros de altura.

La aparición de los “más pesados que el aire” en los festejos del centenario de la revolución de mayo hizo que Newbery dividiera sus amores entre el esférico y el aeroplano. En mayo de 1910 obtiene el brevet número 8 otorgado por la Federación Aeronáutica Internacional luego de realizar una vuelta de pista en Villa Lugano en los comandos de un Bleriot con motor Auzan de 35 HP.
A fines de noviembre de 1912 Teodoro Fels anuncia que cruzaría el Río de la Plata en su Morane Saulnier ,obsequio de su señora madre. Pero Jorge se le adelanta. A las 6 de la mañana del 24 de noviembre de 1912 despega de El Palomar en el Bleriot con motor Gnome de 50 HP apodado “Centenario”,aeronave acondicionada con un flotador de tela en forma de tubo para el caso de un descenso obligado en el río. A los 37 minutos de vuelo y luego de recorrer 70 kms. , 45 de ellos sobre las aguas desciende en la Estancia de Anchorena situada en la Barra de San Juan en el departamento de Colonia. Pasadas las 17 horas emprende el regreso, aterrizando en el Palomar luego de 50 minutos de vuelo.
Nuestro homenajeado, primero en cruzar el “charco” en globo ahora es, a la sombra de Cattáneo el primero en unir ambas márgenes el mismo día en aeroplano.
Tres semanas antes de alcanzar la eternidad bate el record mundial de altura no homologado. Trepado en su Morane Saulnier con motor Le Rhone de 80 HP(potenciado para que alcanzará los 95 HP) alcanza los 6225 metros de altura luego de haber permanecido en el aire 3 horas con 12 minutos. Su marca no es homologada por la FAI, ya que la reglamentación exigía superar la marca anterior en por lo menos 150 metros. Newbery consiguió superar la marca de Legagneux en sólo 75 metros.

Su espíritu emprendedor y deportivo hizo que desafiara a la muerte en 2 oportunidades.
En 1903 casi se ahoga atravesando por debajo de las aguas los 100 metros de ancho del Río Luján. Como consecuencia de esa zambullida es operado de sinusitis.
El 5 de noviembre de 1912 se eleva en Belgrano en el esférico “Buenos Aires” junto al Teniente de Navio Melchor Escola y el Teniente Primero Raúl Goubat. Al elevarse cometen el error de deslastrarse casi por completo. El viento los conduce río adentro. Comienzan a perder altura. En escasos minutos de vuelo se ven en apuros. La barquilla toca las aguas del Río de la Plata. Sus tripulantes sin intercambiar palabra se trepan al aro del globo. Newbery, adelantándose a las consecuencias baja a la barquilla y arroja los abrigos, pero el aparato no recobra altura. Nuevamente desciende y se desprende de todo peso, conservando sólo el altímetro aneroide. De repente la suerte los acompaña. El sol sale tras las nubes y el gas se dilata. Comienzan a ascender vertiginosamente, de 2400 metros a 3500 en un santiamén. Divisan la Isla Martín García. Van con rumbo Este. Media hora después el altímetro marca los 4100 metros. La temperatura es de 10 grados bajo cero. Pero el peligro no termina allí. Los tripulantes sin abrigo alguno soportan 16 grados bajo cero al alcanzar los 5100 metros. Lentamente el globo comienza a descender y con 800 metros marcados Newbery desgarra el esférico, amerizando sobre el espejo del Río, a escasos metros de la costa argentina.

El 22 de febrero de 1914 parte para Mendoza para realizar estudios meteorológicos de la zona y así poder descubrir la viabilidad de su próxima empresa: ser el primero en cruzar los Andes en aeroplano.
Elige la Estancia “Los Tamarindos” como campo de operaciones para realizar sus vuelos de prueba. Para Jorge lo ideal era ir tomando altura hacia el Oeste hasta alcanzar los 5000 metros, estimando un tiempo de trepada de 30 minutos.
El aparato a utilizar, traído de Francia especialmente para la ocasión fue el mismo con el que batiera el record mundial de altura, como anteriormente hemos referido. Curiosamente ese aeroplano permanece en Buenos Aires, quien si lleva su aeroplano a Mendoza es su amigo Fels.
Es el primer día de marzo de 1914. Ya es tiempo de volver a la Capital luego de varios días de estudio de como superar la altura de la Montaña.
El 3 de marzo Jorge regresaría a Mendoza con su aeroplano para el 6 de marzo intentar el cruce.
Luego de almorzar con el Gobernador de la Provincia de Mendoza en compañía de sus amigos Teodoro Fels y “Tito” Giménez regresan al Hotel para hacer las valijas y por la noche tomar el tren nocturno. Ya en el vestíbulo se encuentran con familias amigas de Buenos Aires. Jorge complace a las damas haciéndoles saber de su próxima aventura. Es su momento de lucidez, pero para ellas su relato es insuficiente. Quieren verlo volar. Fels advierte a su amigo que ya había mandado a su mecánico Bordone a desarmar su avión. Jorge insiste. Al instante le telefonean. No había desarmado el aeroplano debido a que en la noche anterior había ido a un baile de carnaval. Fels ordena a su mecánico que lleve el aparato al campo de vuelo. En el ínterin Jorge invita a “Tito Jiménez” a subirse al Morane Saulnier.
En sendos vehículos parten en la tarde hacia “Los Tamarindos”.
Ya en el aire alcanza 1000 metros de altura para una rutina acrobática. A la salida de un looping siente dureza en los comandos, inclinándose el aparato sobre su ala izquierda. Nuevamente se eleva, hace virajes escarpados con leves picados. Pasados los 300 metros de altura no logra recuperar el aparato, estrellándose en forma violenta contra el suelo. Eran las 18:15 horas de aquel domingo de carnaval. Tito Gimenez salva su vida. El fundador de la aeronáutica argentina perece.

EPILOGO

Es notorio que hoy, a 100 años del cruce del Pampero las cosas son muy diferentes. Vivimos una época donde la tecnología subroga al Hombre, pero no por eso debemos dejar morir al vuelo deportivo.
Aludiendo al espacio aéreo Saint Exupery dijo: “Hoy está bien explorado. El piloto, el mecánico y el telegrafista no intentan ya una aventura, sino que se encierran en un laboratorio. Obedecen al movimiento de las agujas y ya no al suceder de los paisajes”.
Con tanta tecnología por delante y a nuestro alcance, donde el trabajo del piloto se ha reducido drásticamente... más allá de que el vuelo comercial requiere de un estricto profesionalismo y seguridad operacional, ¿sigue siendo el vuelo una aventura o debemos darle la razón al autor de “vuelo nocturno”?...en el prólogo de esta última obra literaria André Gide escribió: “Para la aviación, como la exploración de las tierras desconocidas, existe una primera época heroica”, época que Newbery y Anchorena aprovecharon y ganaron en la eternidad. Muchas gracias.


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MensajePublicado: 28 Abr 2012 07:44 
Felicitaciones y muchas gracias Tabaré Ifran por rememorar y recuperar de esos tismpos románticos y heróicos de los antepasados gloriosos un instante, un momento de profunda admiración para esos temerarios pioneros y "locos del aire" que unieron nuestras orillas y conformaron lo que hoy son estandartes y caballeros de nuestra historia, dando origen a nuestras fuerzas aéreas y aeroclubes. Vale el homenaje para los aeronautas de ayer y de siempre en el Río de la Plata.
Estimados saludos!!!
PD: muy completo el informe, felicitaciones de nuevo, y gracias!


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MensajePublicado: 28 Abr 2012 07:47 
Cuando encuentre algo en mi viejo archivo (entre tanto prestado y perdido por distintos motivos...) les acercaré algo al respecto que les gustará. Ojalá los tenga aún a resguardo.
Saludos desde Bs. As.


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MensajePublicado: 28 Abr 2012 10:59 
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Registrado: 21 Dic 2006 12:59
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Felicitaciones y muchas gracias Tabaré Ifran por rememorar y recuperar de esos tismpos románticos y heróicos de los antepasados gloriosos un instante, un momento de profunda admiración para esos temerarios pioneros y "locos del aire" que unieron nuestras orillas y conformaron lo que hoy son estandartes y caballeros de nuestra historia, dando origen a nuestras fuerzas aéreas y aeroclubes. Vale el homenaje para los aeronautas de ayer y de siempre en el Río de la Plata.
Estimados saludos!!!
PD: muy completo el informe, felicitaciones de nuevo, y gracias!
:wink:


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