Mas o menos off topic.....
Por los años sesenta, la Escuela de Comando y Estado Mayor Aéreo contaba con un numeroso plantel de profesores, quienes dictaban clases de distintas materias a los Oficiales de la Fuerza Aérea, que como alumnos ingresaban anualmente a los cursos de Estado Mayor y de Pasaje de grado para Ttes .1ºs .
Quien redacta estas líneas era por esos años uno de los Oficiales subalternos con destino en la Escuela, y desempeñaba funciones en la Sección Administración de dicha Escuela . Entre otras tareas , era responsable de la liquidación y el pago de los dineros correspondientes a las dietas mensuales que cobraban los profesores .
Debía llevar nota de las horas de clase dictadas por cada uno de los profesores , calcular lo que le correspondía cobrar mensualmente y concurrir en los primeros días de cada mes a la Contaduría de la Nación , en compañía del Habilitado de la Escuela, a retirar el el dinero necesario para abonarlas .
Con la suma de dinero retirada se llenaban sobres azules comunes, a nombre de cada uno de los profesores y cada mes yo procedía personalmente a entregarlos a los respectivos destinatarios . El profesor firmaba la correspondiente planilla de recibo y embolsaba su salario.
Uno de aquellos profesores era el General Seregni. General de Artillería y profesor de Estrategia del Curso de Estado Mayor.
Usualmente, en los primeros días de cada mes, cuando concurrían a dar sus clases, los profesores pasaban por la oficina de la Sec. Administración a cobrar el sueldo.Todos ellos - militares ( Numerosos Coroneles , Ttes. Coroneles , Mayores ) y civiles ( Profesionales universitarios en su mayoría ) -
Todos menos el General .
El General, en razón de su grado, era recibido por el Director de la Escuela ( El Coronel Perez Caldas) en su despacho . El Director enviaba en mi búsqueda a su ordenanza , y sin perder un minuto yo debía acudir, sobre azul y planilla en mano , a cumplir con mi parte de ese sencillo pero importante ritual castrense.
Todos los meses me presentaba en el despacho del Director, que solía estar con la puerta abierta, solicitando autorización para pasar, al de mayor grado ( El General ) .
Una vez autorizado y de pié frente a los sillones de cuero en los que aguardaban sentados el General y el Director, con sendas tazas de café servidas en una bandeja apoyada sobre una mesita frente a ellos.
Yo saludaba a Seregni. El General me sonreía amablemente , me invitaba a sentarme en un tercer sofá y dirigiéndose a Perez Caldas, le preguntaba - ¿ Mi Coronel, que le parece si invitamos al Teniente a tomar un café con nosotros ?
El Director que era un personaje muy serio y muy distante con los jóvenes oficiales , en esas oportunidades no tenía forma de negarse.
El ordenanza era convocado para traer otra taza de café y el joven tenientito, bastante nervioso por lo inusual de la situación ,bebía su café rápidamente , mientras sus superiores continuaban con su charla previa a mi entrada en escena.
Una vez culminada esa primera parte del ritual y en cuanto ambos Oficiales Superiores hacían un alto en la conversación, yo aprovechaba para cumplir con mi parte de la ceremonia .
- Mi General , aquí tiene su sobre, y la planilla de recibo -
Seregni tomaba el sobre que yo le tendía. Sin siquiera abrirlo para contar el dinero ,lo guardaba en el bolsillo , firmaba la planilla y me daba las gracias .
- Muchas gracias mi Teniente,.... si lo desea puede retirarse -.....
Muchísimos años más tarde, una mañana yo entraba a La Española por la puerta de Palmar en el mismo momento en que Seregni en compañía de su esposa iba saliendo.
Desde aquellos lejanos tiempos de la Escuela de Comando yo no había vuelto a verlo a Seregni . Cuando nos cruzamos en la puerta me miró y sonrió
- ¿ Buen día mi Teniente, como está usted ? - me saludó el General.
Pocas semanas después el Señor General se despedía de todos a la salida del Paraninfo de la Universidad.
Humberto