El 24 de junio de 1935 hacia las 3 de la tarde, en el aeródromo Olaya Herrera, en Medellín, Colombia, ocurrió el accidente que tronchara la vida del máximo ídolo del tango: Carlitos Gardel.
El Ford trimotor F-31 de la compañía colombiana SACO (Servicio Aéreo Colombiano) despega, con viento de cola y algo sobrecargado, desvía su trayectoria e impacta frontalmente sobre el Ford trimotor C-31 “Manizales”, de SCADTA (Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos) que estaba al costado de la pista, esperando para el despegue. Como consecuencia del siniestro fallecieron 17 personas: los dos tripulantes y los cinco pasajeros del “Manizales” y los dos tripulantes y ocho de los pasajeros del F-31, entre las cuales se encontraba Carlos Gardel (sobrevivieron tres, entre ellos el guitarrista uruguayo José Ma. - “el Indio”- Aguilar).
Sobre las causas del accidente surgieron una cantidad de teorías conspirativas, algunas algo delirantes: un tiroteo a bordo que mató o hirió accidentalmente al piloto; también un francotirador de origen alemán; que el piloto Ernesto Samper Mendoza, dueño de la aerolínea SACO, estaba alcoholizado; que Samper Mendoza habría querido hacer un vuelo intimidatorio pasando por encima del avión de SCADTA - empresa rival- y la jugada le salió mal.
La explicación oficial fue que una fuerte ráfaga de viento desvió el avión de la pista y causó el choque con la otra aeronave, que estaba estacionada a la distancia, liberando de toda culpa al piloto.
Recientemente un ingeniero argentino especula que hubo una falla de motor (comunes en ese tipo de avión) y que el piloto, en lugar de abortar el despegue, aceleró. Considera por lo tanto que la responsabilidad última por el accidente fue del piloto y conjetura que todo fue tapado por la justicia colombiana para proteger el buen nombre de Samper Mendoza, quien era un miembro conocido y estimado de una familia tradicional y patricia colombiana.
Después de tanto tiempo es muy difícil obtener una visión clara sobre estas causas (además el caso está cerrado). Por mi parte creo que la inexperiencia del piloto con este trimotor tuvo mucho que ver, ya que no tuvo mucho tiempo para volarlo previamente.
Habíamos construido una maqueta en cartulina del trimotor Fokker en el que Gardel voló por primera vez, que se exhibe en la vitrina dedicada a los vuelos del “Zorzal Criollo”. Hemos terminado otra del trimotor SACO F-31 con base en un tradicional kit Airfix 1/72 para completar esta vitrina. Aquí va
Agrego una foto del F-31 despegando de Techo, en Bogotá.
Y otra imagen de los restos en Olaya Herrera, que quedaron a la intemperie por mucho tiempo, mientras duraron las acciones judiciales.